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viernes, 22 de julio de 2016

“Pronóstico reservado para la evolución económica”, por Julio Gambina*






La información actualizada que ofrece el FMI es un llamado de alerta sobre la evolución de la Economía Mundial.

El resultado del plebiscito británico para salir de la Unión Europea, el BREXIT, le agregó “incertidumbre” a la economía mundial, dice el FMI en la revisión a la baja de las proyecciones de evolución económica del sistema mundial.1
Destaca el informe que el principal impacto estará en Gran Bretaña y Europa pero también en las principales potencias del capitalismo mundial y como novedad, en los llamados países “emergentes”.

Estos países “emergentes”, durante un buen tiempo luego de estallada la crisis mundial capitalista en 2007/08 fueron receptores de los flujos internacionales de capital y por lo tanto aparecían “por afuera de la crisis”. El espejismo del crecimiento económico en estos países inducía opiniones erróneas sobre la territorialidad de la crisis.

Los nuevos datos derivados de la caída de los precios de las commodities, entre otras cuestiones, morigeran el crecimiento y en algunos casos se procesa la recesión (Brasil caerá 3,3% este año), contribuyendo al deterioro de los indicadores económicos regionales y globales.

Respecto de América Latina se asume una leve mejoría en el marco de una tónica de escepticismo sobre el futuro inmediato, con una opinión satisfactoria sobre el restablecimiento de una lógica pro mercado y liberalización, especialmente derivada de la situación en Argentina.

“En Argentina, la transición a un marco de política macroeconómica más coherente y creíble sigue avanzando, y debería afianzar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, aunque el impacto adverso en la actividad a corto plazo ha sido mayor de lo previsto. El ajuste de los precios relativos en el primer semestre de 2016 —tras la depreciación del tipo de cambio y el alza de las tarifas de los servicios públicos— ha acelerado la inflación y perjudicado el consumo privado. Ahora la actividad económica probablemente empezará a recuperarse hacia finales de 2016, a medida que la inflación se modere gradualmente, que se estimule el gasto y que se reduzcan las tasas de interés. Se prevé que la orientación más acomodaticia de las políticas monetaria y fiscal promueva el crecimiento en 2017, pero que complique el cumplimiento de las metas fiscales y de inflación anunciadas este año”.2

La revista The Economist destaca el programa pro mercado del gobierno Macri, al tiempo que llama la atención sobre la recesión, coincidiendo con la proyección del FMI de una caída de 1,5 % del PBI de Argentina para este año 2016. El punto de partida de la evaluación ponderada es la modificación cambiaria, la eliminación de las restricciones a la compra venta de divisas, el acuerdo con los acreedores externos y la eliminación o reducción de las retenciones. Son esos los puntos de coincidencia de la Revista británica y el organismo internacional. Ambos llaman la atención sobre la inflación inducida bajo la nueva política económica y especialmente el conflicto social a ello vinculado.

El lenguaje de los analistas remite a formulaciones técnicas, pero la realidad de la protesta interviene en la consideración de la realidad económica y política de Argentina.

La preocupación de las clases dominantes se asienta en el paro nacional realizado a fines de abril y su probable recreación en el corto plazo, más aún con el clima social contra el “tarifazo” y el ajuste en general que involucra también a sectores medios. Desde el poder son conscientes que el conflicto ahuyenta inversores externos que buscan “seguridad jurídica” en sus inversiones y retornos asegurados en tiempos de incertidumbre mundial.

Resuena el interrogante entre empresarios e inversores locales y externos sobre la posibilidad del oficialismo para contener el conflicto y disciplinar a la sociedad. El publicitado por el Gobierno protocolo de seguridad no funcionó y mucho menos lo hará si la protesta es masiva, por lo que se ensayan otras formas para la represión o el control del conflicto, especialmente con el chantaje económico exacerbado ante las restricciones de un ingreso popular disminuido.

El gobierno acelera la reinstalación de Argentina en la liberalización de la economía mundial precisamente cuando la globalización capitalista está cuestionada, y no solo por el voto británico. El problema político es la acumulación por derecha de esa crítica, expresión manifestada por Donald Trump en EE. UU., lo que exige construir una perspectiva crítica desde los pueblos para la emancipación.

Buenos Aires, 22 de julio de 2016


Notas:
* El autor, Julio Gambina, es doctor en Ciencias Sociales graduado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISYP), e integró entre 2006 y 2012 el Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Es director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, IEF-CTA Autónoma de Argentina, también integra el Consejo Académico de ATTAC Argentina y dirige el Centro de Estudios y Formación de la Federación Judicial Argentina y es asiduo columnista sobre Economía Política en medios periodísticos latinoamericanos. Sus artículos son distribuidos por ALAI-AMLatina.

1 Fondo Monetario Internacional 19.7.2016: “El FMI reduce su pronóstico de crecimiento mundial por el brexit y advierte de los riesgos para las perspectivas” http://www.imf.org/es/News/Articles/2016/07/18/18/11/NA07192016-IMF-Cuts-Global-Growth-Forecasts-on-Brexit-Warns-of-Risks-to-Outlook (visto el 22.7.16).
2 Alejandro Werner, “En transición, perspectivas para América Latina y el Caribe”, Diálogo a fondo, 20.7.2016, en http://blog-dialogoafondo.org/?p=6677  (visto el 22.7.16).

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