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martes, 5 de julio de 2016

Primer decenio de la editorial Ocean Sur















Con motivo de cumplirse una década del surgimiento de la editorial marxista Ocean Sur su presidente, el australiano David Deutschmann, afirmó en La Habana, Cuba, que «era necesaria, posible y viable una alternativa editorial desde la izquierda». El diario Granma, presente en la muestra conmemorativa en la capital caribeña sobre el primer decenio de la casa editora entrevistó a Deutschmann.1

La editorial comenzó su funcionamiento en 2006 a partir de la experiencia de Ocean Press, que entonces ya contaba con diecisiete años de existencia, y en este primer decenio ya publicó y distribuyó más de trescientos títulos en idioma castellano orientados a los lectores latinoamericanos e hispanoparlantes del mundo. El entrevistado resaltó que Ocean Sur ha difundido muy especialmente las ideas revolucionarias de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, informando que:

Para el cumpleaños 90 de Fidel presentaremos una antología de sus pronunciamientos sobre la solidaridad internacionalista, a la que se suma Retrato íntimo, una colección de fotos del líder de la Re­volución Cubana, tomadas por Alex Castro.

Ocean Sur viene trabajando conjuntamente con el Centro de Estudios Ernesto Che Guevara, radicado en La Habana, en un programa editorial que promueve el conocimiento de la vida y la obra del revolucionario argentino-cubano y las investigaciones que abordan la dimensión de su legado.

Ante la conmemoración el próximo año 2017 del cincuentenario de su asesinato en tierras bolivianas, una reedición especial de diez mil ejemplares del volumen Che desde la memoria será donada a instituciones educacionales y bibliotecas cubanas.

En la entrevista publicada por Granma, David Deutschmann se refirió al momento hace diez años del lanzamiento de Ocean Sur:

[Ocean Press] surgió en 1989, cuando la caída del Muro de Berlín marcó el inicio de la restauración capitalista en Europa oriental y de la fase más aguda de la crisis terminal de la Unión Soviética. Desaparecieron no pocas editoriales de la izquierda en las naciones desarrolladas y mi país de origen, Australia, no fue la excepción. Mi compatriota Deborah Snookal y yo fundamos Ocean Press a contracorriente y con la mira puesta en la necesidad de rescatar y renovar ideas. Nos hemos abierto paso entre públicos mayoritariamente de lengua inglesa en Estados Unidos, Gran Bretaña, otros países eu­ropeos y, por supuesto, Australia.

Con el tiempo observamos que había potenciales y ávidos lectores de este tipo de literatura en una América Latina que transitaba por procesos políticos muy interesantes, como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, y de algún modo Argentina, Uruguay, Paraguay, Hon­du­ras… Para nosotros Brasil es un caso aparte, por la especificidad idiomática, pero nos identificábamos con las conquistas del gobierno de Lula, con el mismo fervor con que ahora nos solidarizamos con la causa de Dil­ma contra los neogolpistas. En ese contexto de la pasada década, con el auge de los movimientos sociales, Ocean Sur se nos presentó como un proyecto imprescindible.

Los fundamentos de nuestra labor se basan en la concepción de un catálogo de obras y autores que aporten ideas y testimonios a la lucha por la emancipación y el triunfo de la justicia social y los auténticos valores humanistas, y la articulación de una red de promoción y distribución a escala continental.

El momento histórico de pretendida restauración neoliberal y derechista actual en Latinoamérica no amedrenta a Deutschmann, quien afirma que:

Por el contrario, los presupuestos de Ocean Sur nos parecen más pertinentes que nunca. La memoria histórica no puede perderse y la teoría revolucionaria debe y puede acompañar las generaciones actuales y las emergentes en la toma de conciencia para las acciones que de seguro, más temprano que tarde, revertirán los retrocesos de hoy. No sobrestimamos nuestro modesto papel, pero no hay razones para el de­sa­liento ni para dejar de hacer lo que nos corresponde. […]

Debo aclarar que sin dejar de atender intereses académicos, nuestro [trabajo] se dirige al lector medio, no especializado, incluso apostamos por la iniciación en los temas que promovemos. Operamos tres librerías propias que llevan por nombre Nuestra América, en San Salvador, Santiago de Chile y Bogotá, y con una fluida distribución de nuestras producciones no sólo en los países donde se ubican esas ciudades, sino también en México, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Gua­temala, Paraguay, Puerto Rico y desde fecha re­ciente en República Dominicana. Todo esto a partir de nuestra gestión e iniciativa. No recibimos ni financiamientos ni ayudas.

Además de la serie dedicada a Fidel y del Proyecto Editorial Che Guevara –destaca el diario Granma–, Ocean Sur agrupa sus entregas en las colecciones Contexto Latinoamericano, Nuestra América, Revo­lu­ción Cubana, Memoria Abierta, Terrorismo de Estado, Cultura y Revolución, Pensamiento So­cialista y Biblioteca Marxista. De esta última la más reciente publicación fue Antonio Gramsci, textos escogidos, una selección de trabajos del revolucionario e intelectual italiano seleccionados y anotados por el filósofo cubano Jorge Luis Acanda.

Deutschmann subrayó que «Los libros deben ser atractivos, bien diseñados y llamar la atención desde la cubierta. La difusión de las ideas revolucionaria no tienen por qué asociarse a la grisura ni la chapucería». También manifestó que su compromiso con la Revolución Cubana es indeclinable, agregando con orgullo lo que considera un récord personal:

No creo haya otro australiano que registre en tres décadas 203 viajes a Cuba. Nuestra oficina en La Habana es muy activa. Siento placer al incorporar a nuestro catálogo nuevos y muy valiosos autores de la Isla, como Abel González San­tamaría, Elier Ramírez y Ernesto Limia.


Nota:

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